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La ciudad de Medellín, incluyendo sus periferias, cuenta con  3.731.447 de habitantes, entre los cuales, se encuentran todo tipo de clases socioeconómicas. En el Pasaje Junín esto es una realidad, familias  llegan a este lugar a buscar la generosidad de quienes pasan por allí.  Diariamente están expuestas a la intemperie y el movimiento de la ciudad. Son personas nómadas en una misma ciudad, no tienen hogar, ni tienen un lugar fijo de permanencia. Estas personas, son comúnmente llamadas, habitantes de las calles, y pueden estar constituidas tanto por hombres, como por mujeres.

 

Los habitantes de la calle corren con la mala suerte de depender de la caridad espontánea de los transeúntes para sobrevivir, estas personas habitualmente se ven en la obligación de pedir limosna o solicitar el favor ajeno con insistencia y humillación. En Junín esto se ve un poco menos que en otros sectores de la ciudad, pero igual está latente.

 

ANTES MENDIGO, AHORA HABITANTE DE LA CALLE

 

El cambio de la palabra “mendigo”, por “habitante de la calle”, ha sido adoptada por las personas en el transcurso de este nuevo siglo, para acoger a estas personas como ciudadanos “normales” y con los mismos derechos que cualquier habitante, en una ciudad que va en desarrollo.

 

Haciendo un enfoque al pasaje de Junín de la ciudad de Medellín para acercarnos más a nuestro objetivo y estudiarlo más a fondo, nos hemos encontrado con  personas cercanas a la historia de este pasaje, asegurando que en tiempos anteriores, éste era un lugar para personas de todas las edades y condiciones, sin embargo tenía una inclinación especial por la alta sociedad. Personajes con vestuarios muy elegantes y lugares donde, parte de sus negocios se llevaban a cabo. Por lo general, estos lugares eran locales comerciales que conservaban una decoración más llamativa, haciéndoles elegantes y exclusivos, lo cual concluían en precios altos y no accesibles a todo el público, espantando a personas que no estuvieran en un círculo social tal, que se adaptara a este ambiente.

 

Para cualquier habitante de Medellín, no es un secreto que el centro y sus periferias han sufrido varios cambios en su evolución. Desafortunadamente, estos cambios han afectado la sociedad más vulnerable, los mendigos o ahora llamados, habitantes de la calle. Aunque para la gran mayoría, el centro de Medellín no se compara en nada, a lo que era hace un tiempo atrás, estos cambios han ayudado a que muchas familias de escasos recursos encuentren un sustento con los negocios que brinda la ciudad y Junín ha sido un espacio para albergar, más que habitante de la calle, personas que optaron por vender mínimamente, dulces.

 

ADULTO MAYOR Y MENDICIDAD

 

Pese a que en Junín no se ve gran cantidad de habitantes de la calle, los más comunes suelen ser ancianos, los cuales buscan en este sitio un lugar de refugio y seguridad.  Fue muy común encontrarnos con ancianos que se encontraban en el suelo, con sus miradas tristes y apagadas, algo enfermos y de aspecto no muy agradable a la vista.

 

Muchos se valen de dejar heridas al descubierto para ocasionar mayor lástima, otros buscan en las basuras de la calle para tratar de abastecer su hambre y sed.

 

Estas personas de todo tipo de edad hacen de la calle su escenario propio de supervivencia, no solamente la de él, sino también la de su familia. Los lugares más frecuentados por estas personas, son por lo general, las zonas aledañas al centro de la ciudad, especialmente los locales comerciales o carpas de alguna casita donde puedan resguardasen de la lluvia en caso tal. Adicionalmente, estas zonas son ocupadas en horas de las noches, para lograr descansar y pasar una noche “segura”.

 

En interacciones que tuvimos con algunas de las personas que trabajan aquí, nos comentaron que es un sitio donde la mendicidad no es tan latente, y nos ratificaron que es posible ver más ancianos en situación de calle que de otro tipo en Junín.

 

Explican que el control de  mendicidad en esta zona es por las mejorías que se han hecho en la planeación de los gobernantes que han liderado la ciudad en los últimos 12 años, los cuales han tenido durante su proyecto de gobierno, la idea y el propósito de cobijar a estas personas para brindarles una mejor calidad de vida. Y es así, como se ha logrado una importante disminución.

 

CUIDADO AL HABITANTE DE LA CALLE

 

La gobernación de Antioquia junto con la Alcaldía de Medellín, bajo ciertos proyectos pretende disminuir los índices de pobreza y mendicidad en las calles. Estos proyectos están basados en un mejoramiento continuo de estas personas, pensando fundamentalmente en su bienestar y el de sus familias.

 

Asimismo, la gobernación y la Alcaldía han abiertos centros de salud, para la atención básica a estas personas que permanecen la gran mayoría de tiempo en las calles, siendo vulnerables a cualquier enfermedad.

 

En muchas ocasiones se relaciona la mendicidad con la delincuencia, es muy común, y nos pasó también durante nuestra observación, cuando un habitante de la calle se nos acercaba a pedir una moneda, un pedazo de pan o algún alimento, nos generaba temor y aislamiento.


 

HABITANTE DE LA CALLE Y MENDICIDAD

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