Pasaje Junín
El tradicional
Caminar por el Pasaje Junín es encontrarse con actores diversos, que están allí de forma transitoria, estacionaria o permanente. Dentro de estos actores encontramos a los vendedores ambulantes, personas que trabajan con el fin de sobrevivir, de dar un sustento a sus familias y alcanzar un mínimo de calidad de vida a través de la venta informal de diferentes productos de consumo.
Junín alberga gran cantidad de estas personas, que encuentran en el lugar un sitio ideal para vender lo que ofrecen gracias al tránsito constante de ciudadanos. La mañana, la noche, las circunstancias temporales, las fechas especiales del año e incluso el clima, influyen de gran manera sobre el comercio informal como actividad económica importante para muchos habitantes de la ciudad de Medellín y específicamente Junín.
Las mañanas resultan una excelente oportunidad para aquellos que se dedican a vender tintos, café con leche y cigarrillos porque dan la bienvenida a muchos que van para sus lugares de trabajo y quieren iniciar el día con alguno de estos productos.
Las tardes son muy oportunas para vender jugos naturales, dulces o algún tipo de pasaboca, que complementan el almuerzo de personas que trabajan o simplemente transitan por Junín.
La noche resulta ser atractiva para quienes tienen sus carritos de comidas rápidas acompañados de una pipeta de gas, parilla y un gran parasol de colores, donde se venden perros calientes, chorizos, hamburguesas, arepas de que queso, salchipapas, entre otros productos dentro de esta categoría.
Las fechas especiales como Halloween o las vísperas de Navidad hacen de Junín un sitio atractivo para vender, porque se convierte un lugar de encuentro de muchas personas.
Los fines de semana influyen también en el éxito de las ventas, el sábado específicamente es el día que más personas, potenciales clientes, pasan por el memorable lugar.
Los días lluviosos no son impedimento para los comerciantes informales, pues de una u otra manera se las arreglan para continuar vendiendo sus productos y no perder cualquier venta potencial.
JUNÍN Y SU GRAN OFERTA DE PRODUCTOS
En general, un día en Junín se traduce en una ocasión ideal para trabajar y ganarse la vida. La variedad de objetos a ofrecer son tantos como personas pasan por ahí. No podemos dejar por fuera las ventas de lotería, gafas, relojes, flores, frutas, cd’s y ubs de música y películas, consolas de juego como el Family, Super Nintendo, Nintendo 64 y Gameboy que remiten a la infancia de muchos y ni hablar de los cuentos infantiles. Es posible encontrar productos tan particulares como pomadas de marihuana que son usadas para la prevención y tratamiento de enfermedades.
Las telecomunicaciones también se hacen presentes en las ventas ambulantes, ya que varios de los comerciantes venden sim cards con planes de minutos muy prometedores.
Las hormigas culonas hacen parte del gran listado de productos que son posibles de adquirir en el tradicional Pasaje Junín. No podemos dejar de mencionar que además de productos, se ofrecen servicios como embolar zapatos, decir el peso por tan solo 500 pesos y minutos de celular a cualquier operador.
En cuanto a los precios, la gran mayoría de productos que se consiguen en la calle de Junín oscilan entre $500 y $10.000 con algunas excepciones de productos que pueden ser más costosos.
LOS VENDEDORES AMBULANTES Y SU ESTRATEGIA PARA SURGIR ENTRE LA COMPETENCIA
Al igual que otro tipo de negocios, el comercio informal se vale de estrategias para llegar a sus públicos objetivos. En este tipo de economía, como si se tratara de una subasta, es posible realizar oferta y competir con los colegas para ganar un cliente, encontrando el precio que les convenga a las dos partes.
Las personas que se dedican a este oficio deben buscar la manera de hacerse notar en medio de tanta competencia. Algunos emplean su voz estridente sin ningún tipo de elemento artificial. Otros en cambio hacen uso del megáfono para hacer sobresalir su voz sobre tantas que allí se escuchan, que compiten a la vez con el ruido de los carros, la música de los locales y el constante murmullo de las personas que transitan. Unos deciden ubicarse en un lugar específico porque es allí donde sus clientes los empiezan a reconocer, otros van de un lugar a otro ofreciendo su producto o servicio. Implementan también carteles de colores llamativos.
LO QUE LOS HACE ÚNICOS
Hablar de vendedores ambulantes, es hablar de personajes que se dedican a una actividad económica semejante, pero con características de su personalidad que los hace únicos a la hora de identificarlos. Es posible hacer una clasificación.
Encontramos comerciantes informales en situación de discapacidad de varios tipos en el memorable lugar: con movilidad reducida en alguno de sus miembros, invidencia parcial y discapacidad cognitiva.
Algunos con movilidad reducida están en sillas de ruedas y se ubican mayormente en puntos fijos. Otros recorren el pasaje Junín ofreciendo sus productos. Doña Marta cuya edad oscila entre los 60 y los 70 años, es una mujer sin movilidad en sus piernas que trabaja en Junín vendiendo loterías hace 30 años aproximadamente, inició recorriendo el pasaje de un lado a otro ofreciendo su producto y siendo a la vez testigo de las transformaciones físicas y sociales del lugar. Actualmente se encuentra ubicada en un módulo especial otorgado por la Subsecretaría de Espacio público y control territorial hace 4 años, donde asegura, es más cómodo para ella y sus clientes. Manifiesta que optó por ser una vendedora informal por su situación de discapacidad, debido a que en la época que llegó a Junín, la inclusión para personas como ella en el mundo laboral era muy complicada. Doña Marta tiene clientes que la buscan siempre para que ella les dé el número de lotería de la suerte. Otros con su misma discapacidad venden minutos y dulces.
Encontramos también, aunque no tan frecuente, un vendedor ambulante con discapacidad visual parcial vendiendo chicles y mentas. Su aspecto era muy semejante al de una persona en situación de calle. Tenía un bastón y se acercaba a las personas ofreciendo sus dulces de una forma un poco tímida.
Gabriel es otro comerciante informal de 50 años apróximadamente, trabaja muy frecuentemente en Avenida Junín desde hace dos décadas. Él es un embolador y tiene clientes que conoce hace tiempo. Se caracteriza por ser muy gracioso, sonriente y un gran contador de historias, pues ha presenciado las muchas transformaciones del memorable Pasaje. Es un experto en su labor, a tal punto de no mirar mientras lo está haciendo. En el tiempo que visitamos Junín, no vimos otro embolador que no fuera él.
Personas de todas las edades y géneros se dedican al oficio del comercio informal: niños, jóvenes, ancianos y padres con sus hijos pequeños que los acompañan. Oscilan entre los 10 y los 80 años de edad.
TIPOS DE COMERCIO INFORMAL
Durante toda esta descripción es posible identificar de forma implícita que existen varios tipos de estacionalidad de los comerciantes informales, determinado por la forma como ofrecen sus productos: casetas o módulos especiales, ventas móviles y estacionarios.
- Casetas: Son módulos destinados a venta de cacharros, artículos de relojería y joyería, mercancía, ropa, calzado, juguetería, artesanía, flores, frutas, revistas, periódicos, dulces, plastificadores, artículos religiosos y otros similares.
- Módulos especiales: se consideran los módulos para lustrabotas, escribientes, lotería y comidas preparadas tales como: papitas, churros, perros, hamburguesas, crispetas y algodón de azúcar.
Estos dos tipos de módulos están ubicados a lo largo de todo el pasaje Junín en el que se comercializan flores, loterías, periódicos y productos comestibles principalmente. Dichos módulos fueron otorgados por la Subsecretaría de Espacio Público y desarrollo territorial para la protección y óptima organización del Espacio Público en beneficio de toda la ciudadanía que incluye a quienes transitan por Avenida Junín y aquellos que comercializan sus productos para que lo hagan de forma más digna.
Para obtener este beneficio, los comerciantes informales deben cumplir una serie de requisitos solicitados por la Subsecretaría de Espacio Público al igual que para conservarlo luego de ser otorgado. Una gran ventaja es que se encuentran exentos de pago de impuestos y costos fijos por el arriendo de local. Aun así, para los vendedores ambulantes, esta entidad resulta ser un gran problema para ejercer su labor de forma libre.
Los vendedores de flores son los que usan principalmente estas casetas o módulos. Les permite ubicarse de forma más cómoda para hacer sus arreglos florales que les piden por encargo o simplemente venden a quienes pasan y quieran adquirirlos por cualquier razón. Este elemento es muy icónico del Pasaje Junín.
- Ventas móviles: En segunda instancia identificamos a las personas que se movilizan con los productos que ofrecen, ya sea en carretillas o cajas que llevan en sus manos. Este tipo de venta se relaciona de forma más directa con el concepto de vendedor ambulante, por su no permanencia. En su mayoría venden productos comestibles como frutas, verduras, dulces y otros comestibles. Se caracterizan por no tener un sitio fijo para estar, ingresan a los locales que hay en el pasaje, se acercan a personas que transitan y si se quedan en un sitio determinado lo hacen por poco tiempo.
- Ventas estacionarias: En estas se incluyen los vendedores informales que se ubican en un punto fijo con un stand, carrito o estructura elaborada por sí mismos. También encontramos a quienes se sitúan en el piso con mantas en las que ponen los productos de consumo que ofrecen. Es muy común encontrar a estos vendedores en el mismo sitio, lo que hace que sean personas conocidas por sus clientes.
El punto de concentración en el tramo que elegimos para nuestro trabajo de campo en el que se ubican mayormente las casetas, es desde la Calle 53 a partir del local Bosi, hasta el frente del Pasaje Junín Maracaibo. En el tramo comprendido del Pasaje Junín Maracaibo hasta el Local de la Repostería Astor se ve principalmente vendedores informales en stand y estructuras propias.
Los vendedores ambulantes o comerciantes informales, no solo se congregan allí por su actividad económica, sino también porque Junín se convierte en un lugar de interacción social con sus colegas, donde intercambian historias, se ríen e incluso se ayudan mutuamente. Crean lazos de amistad construida por la permanencia durante varios años dedicándose a las ventas informales.
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